Flightline fue sencillamente asombroso en la Breeders’ Cup Classic G1
Por David García V.
El Hipismo tiene momentos memorables y el triunfo de Flightline (Tapit) en la Breeders’ Cup Classic G1 es uno de ellos. Es un capítulo muy especial dentro de las 39 ediciones que se han disputado de la Breeders’ Cup. La pista de Keeneland fue testigo de la hazaña hace unos siete años cuando American Pharoah lograba el “Grand Slam” siendo hasta el momento el único caballo en ganar la Triple Corona y la Classic. Ahora, el sábado 5 de noviembre los aficionados al circuito hípico se deleitaron con “el vuelo” de Flightline en la undécima carrera, la más importante del año y bolsa de $6,000,000 por repartir.
El único pasajero a bordo que pudo volar en este purasangre con características de un avión fue el jockey Flavien Prat. Este realmente iba en primera clase durante todo el trayecto de una milla y cuarto que tuvo el clásico. Boquiabiertos quedaron los aficionados hípicos a escala mundial al ver como este hijo de Tapit en Feathered estaba fresco cual lechuga después de que el campeón Life Is Good (Into Mischief) saliera cual auto de Fórmula 1 a liderar el grupo sin importar tener el viento en contra en la recta opuesta.
Los tiempos marcados por Life Is Good y Flightline generaron asombro: 22.55 en el primer fraccional, 45.47 en los 800 metros, 1:09.62 en los 1,200 y 1:34.58 para la milla. Life Is Good dejó de ser el centro de atención justamente en ese momento para darle permiso a Su Majestad equina Flightline, que se dirigió hacia la meta sin oposición alguna.