El destino finalmente jugó a favor de Whitmore
Por Ramón Brito
En estos tiempos de la industria hípica no resulta común ver a un ejemplar competir en el máximo nivel durante un período prolongado. En el caso de un caballo, si éste es apto para la reproducción termina más temprano que tarde siendo negociado para un establecimiento de cría. En caso contrario, hemos visto como la durabilidad en la pista de un ejemplar es cada vez menor, y es por ello que ver correr y ganar a Whitmore es, por qué no, casi una rareza.
A sus siete años, y luego de tres intentos fallidos, el alazán hijo de Pleasantly Perfect finalmente logró la victoria en la Breeders’ Cup Sprint (G1) del pasado 7 de noviembre en Keeneland. El pupilo de Ron Moquett tuvo además la particularidad de ser el único ganador de las selectivas disputadas sobre pista de arena en lograr su triunfo en atropellada, en una tarde donde los ejemplares velocistas se vieron bastante favorecidos. Esto da un mayor mérito a la actuación del veterano corredor, que obtuvo su décimo quinto triunfo en 38 salidas a la pista.