Merecido homenaje a la campeona Almond Eye
Por Enrique Salazar.
La extraordinaria Almond Eye (15, Lord Kanaloa en Fusaichi Pandora, por Sunday Silence), Campeona y Caballo del Año a los 3 años en Japón, temporada en la cual se convirtió en la 5ª Triplecoronada de la hípica de su país, fue objeto de un emotivo homenaje, con motivo de su retiro definitivo de las pistas, el sábado pasado, 19 de diciembre, en las instalaciones del moderno hipódromo de Nakayama (Funabashi, Japón). Allí, junto a ella, estuvieron sus felices propietarios, su entrenador (Sakae Kunieda) y los tres sortarios jinetes que tuvieron la oportunidad de estar sobre sus lomos, durante todo su período de atleta activa: Keita Tosaki, quien le guió a lograr su 1ª victoria; Kosei Miura, quien estuvo en su silla para sus entrenamientos; y el internacional Christophe Lemaire, su fiel compañero en todas sus grandes performances.
En esta ocasión, las tribunas no estuvieron vacías, como si lo estuvieron en sus dos últimos triunfos, el Tenno Sho de Otoño (G1, Tokyo, 2000m, grama, noviembre/01) y la Japan Cup (G1, Tokyo, 2400m, grama, noviembre/29), su 2ª victoria en la prueba “Reina” de la hípica japonesa. Mientras, Almond Eye, “vestida” con la manta correspondiente a su reciente triunfo en la Japan Cup (G1), visitaba el paddock de Nakayama y desfilaba frente a las tribunas, un grupo de más de 2,500 fanáticos, que habían obtenido pases mediante un sorteo, aplaudían en la tribuna principal, haciéndole sentir su admiración y afecto a la Campeona y sus compañeros de equipo.
La parte central de la ceremonia de despedida estuvo a cargo de Christophe Lemaire, un ídolo total de la afición japonesa, quien concentró toda la atención y todas las emociones al leer una carta de despedida y agradecimiento, en alguna forma, tomando la palabra en nombre de la propia Almond Eye:
“Muchas gracias por estar presentes. Hoy estamos despidiendo a un ejemplar fantástico, una yegua que escribió páginas irrepetibles en la historia del hipismo en Japón. Ella ha sido especial desde el comienzo. Con su forma de correr, su espíritu de lucha y su habilidad única, logró captar la atención de los aficionados a nivel mundial, no sólo en Japón. Ha sido cuidada por gente que ama los caballos desde el primer momento. Ellos han puesto toda su habilidad y su pasión a su servicio. Ella les respondió de forma casi perfecta. La historia de Almond Eye no es sólo la historia de un Purasangre, sino también la historia de su gente. La pudimos ver triunfar gracias al esfuerzo de todos ellos. Me gustaría agradecer a todos los que estuvieron involucrados con ella. Me siento honrado por haber podido montar a un ejemplar tan maravilloso. Nunca olvidaré las emociones que me hicieron vivir sobre su silla. Mi familia y yo agradecemos a Almond Eye y rogamos porque tenga un retiro feliz. Finalmente, quisiera dar las gracias a todos los fanáticos que le ovacionaron desde la primera vez. La historia de Almond Eye es también la de sus fanáticos. Ella permanecerá en nuestras memorias por siempre. Muchísimas gracias”.