A pesar de las altas inversiones, en muchas oportunidades, los pedigríes llamativos, la conformación y el físico intachable no parecen ser suficiente para lograr tal meta, al punto que solo Tapwrit junto a Rags To Riches, Fusaichi Pegasus y A.P. Indy, son los únicos ejemplares con un costo por encima del millón de dólares que logra triunfar en una de estas pruebas.
Sin pretender desconocer la importancia de ángulos, proporciones, desviaciones, desarrollo físico y antecesores superiores entre las generaciones pasadas, pareciera que el físico y el pedigrí, por sí solos, no son suficiente para garantizar un caballo de carrera superior y por lo tanto una parte de la ecuación está faltando.
Un concepto interesante que manejan los expertos en psicología positiva es el de “flow” o “flujo”. De acuerdo con la definición, el Flujo implica un estado de inmersión o concentración tal en una actividad que permite a un individuo obtener el máximo provecho de sus habilidades. Sin pretender aplicar conceptos de psicología humana en el caballo atleta, tal situación no deja de ser interesante en cuanto a lo que podría representar en un individuo emocional como es el caballo de carrera.
Kerry Thomas pionero en la aplicación y el uso de la “Dinámica del Rebaño¨ y la “Conformación Emocional” para evaluar y seleccionar potenciales atletas de alto nivel y quien siempre ha cooperado con nosotros cuando hemos escritos otros artículos relacionados con el tema, hace mención a algo que para él es una condición propia de un caballo de carrera de un nivel superior y que en mi opinión personal, pudiera relacionarse a lo que los expertos en Psicología Positiva han obtenido de sus estudios con respecto al “Flow”.
Thomas textualmente dice que…” por naturaleza, el atleta del siguiente nivel, tiene un cierto tipo de ritmo que fluye libremente en cada actividad que realiza¨.
Esta observación de Thomas implica que la adecuada condición del sistema psico-sensorial del caballo superior, es capaz de percibir los estímulos que se producen a su alrededor y procesarlos en su cerebro de una manera tan rápida y eficiente, que independientemente de la velocidad a la que el caballo se desplaza, la capacidad de procesamiento de los estímulos siempre irá por delante del movimiento del cuerpo, produciendo así una respuesta controlada y orientada y un patrón de movimiento rítmico, fluido y ordenado que evite la pérdida descontrolada de energía.
De una manera muy gráfica Thomas explica cómo es la relación entre el sistema sensorial y el resto del cuerpo para modular la velocidad y el movimiento.
“Imaginemos que vamos conduciendo y repentinamente nos encontramos con un área de densa neblina, definitivamente nuestra visión se ve limitada y se hace difícil saber que hay en el camino por delante de nosotros. Nuestra reacción inmediata es disminuir la velocidad para evitar un accidente. Al reducir la velocidad das oportunidad al sistema sensorial para que interprete y clarifique lo que está delante de ti…..en otras palabras son los sentidos los que te guían interpretando y aclarando la información delante de nosotros, mientras que el movimiento físico se mantendrá por detrás de estos a una distancia que garantiza la seguridad…en situaciones de estrés el individuo puede apoyarse en guías que se encuentran en el medio ambiente como por ejemplo tratar de visualizar la línea que limita el camino, o seguir las luces de seguridad que están ubicadas en el centro de la vía, pero también puede optar por seguir al carro que va delante de él para mantenerse seguro”.
Para Thomas el caballo con un “Dinámica de Rebaño” elevada, que también implica ser un caballo de carrera superior, con un sistema psico-sensorial adecuado, es capaz de moverse libremente y de completar el proceso de interpretación de estímulos sin la asistencia del medio ambiente o de otros caballos, alcanzando una verdadera optimización de su habilidad física en condiciones de caos y estrés.
Este individuo puede considerarse mentalmente ofensivo o con un nivel de liderazgo importante dentro del rebaño que afecta o influye sobre aquellos considerados mentalmente defensivos. Los caballos mentalmente defensivos son considerados dentro de la jerarquía del rebaño como simples “followers” o “acompañantes” debido a la dependencia del ambiente y a la necesidad de “aparearse” con otros animales para llenar sus deficiencias y completar el proceso de interpretación de los estímulos.
Las dependencias ya sean del ambiente o con otros individuos dentro del rebaño, son antagonistas con la capacidad del individuo para alcanzar su verdadero potencial físico.
Conocer el aspecto psico-sensorial de la ecuación que da como resultado un caballo de carrera superior es importante desde el punto de vista informativo, de conocimiento general de lo que es un caballo de carrera. Pero aún más importante es la aplicación práctica que esto tiene en la selección de animales a nivel de las ventas, teniendo en cuenta cada uno de los factores necesarios que le permita a un animal funcionar a un alto nivel.
Thomas explica que los caballos tienen una tendencia o inclinación hacia la actividad atlética la cual es individual o propia de cada caballo. En su opinión, existen componentes dentro de esta tendencia que caracterizan a un caballo de carrera con un nivel superior. “The Big 3”, como él los llama, incluyen rasgos de la personalidad, componentes físicos y un sistema sensorial que funcione de manera adecuada y que cuando cooperan eficientemente, permiten a un caballo particular, funcionar a un alto nivel en el caos del movimiento del rebaño o de la carrera.
Los rasgos o características que conforman la personalidad de cada potrillo y que Thomas llama Tendencias Naturales serán vitales, no pueden ser enseñadas y su papel es esencial en el proceso del estrés emocional. A pesar de que las Tendencias Naturales propias de cada potrillo no pueden ser borradas o eliminadas, si pueden ser influenciadas, acentuadas o suavizadas, por el efecto materno, por la identificación o unión entre la yegua y su potro. Igualmente pueden ser modificadas de la misma manera por las medidas o el tipo de manejo al que el potro es sometido especialmente en los primeros estadios de su vida.
De manera que la relación de la madre con su hijo y el efecto del manejo sobre este, especialmente en estadios tempranos de la vida, pueden producir una variación de las Tendencias Naturales que Thomas llama Tendencias Aprendidas y las cuales se yuxtaponen para conformar el patrón de comportamiento del animal.
El patrón de comportamiento del animal impactará directamente su patrón de movimiento y por ende su capacidad atlética. Este contribuirá a que, en condiciones de estrés, o de caos, moviéndose a alta velocidad, se produzca un movimiento ordenado, rítmico con un gasto mínimo de energía.
Otro componente de la tendencia o inclinación atlética, son las Tendencias Físicas. Las Tendencias Físicas incluyen aquellas relacionadas con el tamaño, el desarrollo muscular, las proporciones, los ángulos, así como con la conformación y el metabolismo energético. Lo importante es que estas son las más vulnerables y por si solas no producen la optimización de la capacidad atlética. El caballo que es solo físico es aquel con una sola velocidad, solo sabe correr de una manera y quizás pueda ser competitivo por trayectos cortos, pero no será capaz de mantener su velocidad en la medida que la distancia se alarga y que el estrés y el caos aumentan. De tal forma que una muy buena inclinación o tendencia física solo tendrá valor cuando está acompañada con rasgos de la personalidad o tendencias naturales que favorecen la capacidad atlética y ambas tendencias soportadas por un sistema sensorial que funciona de manera eficiente.
Por lo tanto, un sistema sensorial capaz de ir a lo largo de todo el proceso, que conecta la psiquis con el movimiento corporal a través de la captación e interpretación de los estímulos y la generación de una respuesta ordenada, rítmica y fluida es la condición más importante de un caballo de carrera superior para soportar las tendencias naturales y físicas y así optimizar la habilidad atlética.
Ken McLean reconocido estudioso del pedigrí en alguno de sus libros menciona que el caballo de carrera superior es aquel que es capaz de acelerar en más de una ocasión durante la carrera. Gary Stevens, en alguna oportunidad destacó entre las virtudes de la campeona Beholder la de darle a su jockey diferentes opciones durante la carrera, su velocidad táctica. De manera que enfrentar situaciones de caos inesperados, tropiezos, hacer cambios de dirección violentos, acelerar en más de una oportunidad, obedecer con facilidad a los comandos del jockey son todas condiciones que dependen de una mente versátil. El Sistema sensorial colabora en la relación que se produce entre mente y cuerpo, filtrando y procesando los estímulos de una manera eficiente provocando que el patrón de comportamiento genere un patrón de movimiento eficiente, ordenado y rítmico.
Reconocer las fortalezas o las debilidades de un potro en las ventas debería ser una prioridad antes de hacer una fuerte inversión. De allí la importancia de considerar los factores que conforman la tendencia o la inclinación atlética de un animal, “The 3 Big”, como una manera de garantizar que un caballo de carrera sea fácil de entrenar, que aprenda con facilidad, que sea menos propenso a lesiones y que sea capaz al final de optimizar o llevar sus inclinaciones atléticas a niveles superiores.