Baaeed naufragó ante los elementos
Por Jaime Salvador.
Baaeed (Sea The Stars) puso fin a su trayectoria en el mismo día y escenario que Frankel (Galileo), tras seguir la misma hoja de ruta que la estrella de Juddmonte a cuatro años, pero con un inesperado y dramático final. El mejor caballo de Europa en la actualidad perdió el invicto -finalizando cuarto- en el Champion Stakes (G1), su undécima salida, y se va a la yeguada con seis Grupos 1 en su haber.
Bay Bridge (New Bay) -tercero en taquillas con un dividendo de 10/1- que a sus cuatro años logra su primera victoria de Grupo 1 en su tercera tentativa, antes fue segundo en el Prince Of Wales’s Stakes y quinto en el Coral-Eclipse, fue el ganador tras superar por medio cuerpo a Adayar (Frankel) y My Prospero (Iffraaj), compañero de patio de Baaeed. Un resultado que no entraba en los planes de nadie, ni siquiera de sus rivales. “Pensábamos que el favorito era imbatible”, reconoció Sir Michael Stoute, preparador del ganador. “Creía que teníamos una gran oportunidad de ser segundos porque nuestro caballo estaba en una forma terrible”.
Baaeed, al igual que hace diez años Frankel, partió frío, pero rápidamente se situó a la grupa del vencedor y gozó de un recorrido limpio por lo que no hay una escusa aparente, más allá del estado de la pista -oficialmente Good to Soft (buena a blanda)- al que se aferra su entorno. De hecho, el ejemplar de Shadwell ya había corrido en cuatro ocasiones en pistas declaradas como ‘Buena a blanda’, y en todas se hizo con el triunfo, la última vez hace un año, también en el Champions Day, en el Queen Elizabeth II Stakes (G1) aventajó a Palace Pier (Kingman) por un cuello.
“El estado de la pista, tan sencillo como eso. Cuando encaramos la recta final en el lugar donde normalmente empezaríamos a remontar, y donde también lo ha hecho en pistas buenas a blandas, ese cambió de ritmo que solía tener hoy no apareció. La pista estaba realmente pesada. De no ser así habría sido cuestión de un instante. Hoy no estaba ahí, así de sencillo. Apreté el botón pero no estaba ahí”, lamentaba Jim Crowley, su jockey. “Es un caballo muy especial. Supongo que es triste que no haya terminado su carrera invicto, porque llegamos muy lejos”, añadió.
El único que no se parapetó o escusó en el estado de la pista fue su preparador, William Haggas, que no ocultó su gran decepción. “Es una pena que acabe así. Ha sido un caballo brillante, hoy no lo mostró, pero no le resto ningún mérito. Estoy muy orgulloso. Nos ha dado unas alegrías inmensas. Todos hemos disfrutado del viaje, obviamente mi familia, pero también mi equipo, que es vital en la cuadra. Estarán todos muy tristes, pero no deberían estarlo ya que hemos tenido el privilegio de tenerle durante todo este tiempo. Es una pena que hoy no haya podido mostrar su verdadero valor. No es culpa de nadie, son carreras de caballos. Hay cosas mucho peores en el mundo de las que preocuparse”.