La ilusión no tiene límite con Dona Bruja
De un entrenador argentino a otro. Uno en cada escalón nacional, donde la yegua criada en el Haras La Leyenda por parte de todo el equipo del establecimiento para el propietario Iván Gasparotto fue trepando peldaño a peldaño hasta su consagración en el Gran Premio Copa de Plata (G1, 2000m). Aquel día de diciembre fue una versión mejorada de un elemento que, teóricamente, ya había mostrado todo. De un entrenador a otro. El otro, a vuelta de hoja de un debut con autoridad en el Old Forester Mint Julep Handicap (G3) de Churchill Downs, evitó cualquier proyección con el límite tras un arresto despampanante.
No hay demasiado para exagerar: penúltima durante gran parte del trazado, Declan Cannon le mostró la cancha, alcanzó el apareo con el envión y, sin pegar, cristalizó la conquista por 1½ cuerpo, al cabo de 1’55’’75c con 121 libras. Además de un accionar con el resto en el carretel, la comparación inevitable con el Arlington Handicap (G3) de los machos en la misma distancia: Ghost Hunter, con 118, tardó 1’55’’86c (ver aparte). Fue un remate pletórico el de la favorita, frenético, aunque a media máquina dentro del repertorio.
Y si se necesitaba un escenario perfecto para llegar al Beverly D. (G1), del próximo 12 de agosto también en el circo de Chicago, se puede soñar con los ojos abiertos. Se tratará de una competencia internacional, en el marco del histórico Arlington Million (G1), que atrae a grandes exponentes europeos, justamente en la especialidad que mejor dominan. Dona Bruja ya es conocida dentro del mercado norteamericano, porque llegó y deleitó en ambos rounds, por lo que su consideración será central dentro de una segura oposición compleja. De lo que también podemos estar seguros es que, por testimonios, se desconoce hasta donde puede llegar.