El uso de las Gringolas en el Caballo de Carrera (Parte 1)
Las gringolas como las conocemos hoy en día, consisten básicamente de una careta de nylon a la cual se le adhieren unas copas o estructuras plásticas, que dependiendo de la forma de la misma limitará en mayor o menor grado la visibilidad del animal.
Sin poder conseguir ninguna referencia sobre cuando y quien comenzó a usarlas como implemento para correr en el caballo de carrera, es muy probable, que estas sean una adaptación de «aperos» similares a los usados miles de años atrás, en los caballos que jalaban los carros de faraones y reyes, para evitar que los animales vieran la estructura conectada detrás de ellos.
Uno de los principales aspectos a considerar cuando se habla sobre el uso de las gringolas, es definitivamente, la variedad de respuestas o reacciones y por ende de resultados que cada caballo puede manifestar. Muchos son los casos recientes de caballos cuyos entrenadores tras «jugar» con la opción sobre si colocar o retirar el implemento en un animal, han obtenido diferentes resultados.
Quizás la razón más común, es incrementar la aceleración inicial o como se dice de otra forma, buscar darle más “intención” al animal. Por esto un entrenador como Bob Baffert, que actualmente suele usar unas gringolas de color negra en muchos de sus caballos, con una escuela totalmente adquirida en el campo del Caballo Cuarto de Milla, donde la aceleración inicial es vital, reconoce que un 90% de sus ejemplares mientras entrenó este tipo de caballo llevaban el implemento. Al respecto Baffert dice… “en el caballo Cuarto de Milla la arrancada es fundamental, si no se arranca bien no hay ningún chance de ganar”.
Pero además de incrementar la velocidad inicial, otros entrenadores creen que las gringolas ayudan a que el caballo se “enfoque” más durante la carrera, entendiendo como “enfoque” en el caso particular del caballo de carrera, disminuir la posibilidad de que el animal se distraiga con objetos o estímulos externos.
El ojo del caballo es uno de los más grandes entre los seres vivos y está ubicado hacia la porción lateral de la cabeza. Por ser un herbívoro y un animal que en condiciones naturales es presa de depredadores, el sentido de la vista en el caballo es vital para su supervivencia. El ojo del caballo le permite tener una buena percepción de objetos ubicados a larga distancia y le provee un campo visual lateral de casi 180 grados con el que puede observar inclusive lo que sucede a sus espaldas. Las gringolas, dependiendo de la forma de su copa, pueden disminuir el rango de la visión lateral del caballo a tan solo 30 grados, lo que provoca en algunos animales una mejor disposición hacia el desempeño físico como consecuencia de la disminución en la cantidad de estímulos que el animal está percibiendo a través de la vista. Sin embargo y tal como dice el entrenador inglés John Gosden, que a pesar de entrenar en Europa donde el uso de la gringola es menos popular (usan unas estructuras llamadas Cheek-Piece que se adhieren a ambos lados de la jáquima), pero aprendió lo que implica usar las mismas mientras estuvo como asistente de entrenador en California…“restringir la visión natural del caballo es ir en contra de millones de años de evolución” dando a entender con esto, que es algo contra natural, por lo que su efecto en algunos casos puede no ser el mejor para el animal.
Algunos entrenadores colocan gringolas como el último recurso para corregir problemas de “conducta” o malos hábitos que el animal enseña mientras corre. Caballos que se cargan o “jalan” hacia adentro o hacia afuera, o que tratan de dar la “revuelta” en la partida, con comportamiento impredecible, muchas veces son corridos con un tipo de gringola (en Norteamérica llamadas Extension Blinkers) que restringen casi en su totalidad la visión lateral del animal.
El fallecido Allen Jerkens, un entrenador miembro del salón de la fama, es recordado entre muchos de sus éxitos por haber vencido al gran Secretariat en dos oportunidades. Prove Out tenía la costumbre de “lanzarse” bruscamente hacia adentro durante la carrera, Jerkens usando este tipo de gringolas consiguió mejorar el mal hábito del animal, pero para el Woodward Stakes de 1973, cuando Prove Out venció a Secretariat, el veterano entrenador se atrevió a correr a su caballo sin gringolas…al respecto diría…“decidí retirarle las gringolas…la carrera era en una milla y media y yo quería que se relajara”
Escribiendo este artículo, vinieron a mi mente las declaraciones del entrenador Art Sherman con respecto a su decisión de correr a su campeón California Chrome “blinker-off” o sin las gríngolas en una oportunidad. Las declaraciones de Sherman fueron interesantes e ilustraron muy bien lo que implica tomar la decisión y hacer el cambio, en el caso específico de California Chrome de correr sin estas. Lo primero que dejan ver las declaraciones de Sherman para ese entonces, era que la decisión debía pasar por un proceso de prueba para tener una mejor idea de cómo responderá el animal al cambio. Definitivamente al no tener las gringolas que reducen el campo visual, California Chrome captaría mayor cantidad de estímulos que incluye por supuesto, los caballos que estarán corriendo cerca de él. Sherman previendo eso, trabajaba a su caballo acompañado y aunque en nada se compara a lo que experimentará en la carrera, al menos le da una leve idea al entrenador de cómo respondería su pupilo a la cercanía de otros caballos. Otra idea que surgió de las declaraciones de Sherman tenía que ver con el hecho de que en la medida que el caballo maduraba, se hacía más “profesional”, el cambio, bien sea de colocar o remover las gringolas, puede ser fácilmente aceptado. Esta es la razón porque muchos entrenadores evitan usarlas en caballos que no han corrido, sin experiencia, así como en animales jóvenes, inmaduros, los cuales todavía no han “aprendido” bien el oficio y no sería lo más conveniente que lo aprendieran con la “ayuda” de las gringolas.
De tal manera que la adaptación al cambio, en cualquiera de los dos casos, tiene mucho que ver con la versatilidad del animal y la forma como el sistema Psico-Sensorial del caballo filtra y reacciona a los estímulos, pero esto será tema para una segunda parte de este artículo.
El uso de las gringolas en el caballo de carrera no es simplemente la colocación de una vistosa máscara que hace lucir más al animal. En otras palabras, a pesar de que en muchas carreras la mitad o más de los competidores llevan el implemento, quizás muy pocos conocen que detrás de este hay una serie de basamentos científicos que pudieran explicar la variedad de resultados obtenidos cuando se colocan o se retiran de un animal.
El tema es demasiado complejo para discutirlo todo en este artículo. Por ahora una opinión del entrenador Steve Asmussen es propicia para terminar. Hijo de entrenadores de caballos cuartos de milla, para Asmussen el uso de la gringola debería ser algo muy natural. Sin embargo y tras su propia experiencia entrenando Purasangres, Asmussen se ha hecho su propia idea al respecto. Para él, un caballo de carrera genuino, que “entiende” completamente lo que es la carrera, no necesita ser obligado a hacer ninguna cosa por medio del uso de las gringolas. Recordando algunos de sus mejores caballos dice… ”nunca tuve siquiera la tentación de usar gringolas en Rachel Alexandra o Curlin”… ”yo creo que los verdaderos competidores quieren ver lo que va a pasar”